palabra-muro, lírismo urbano. El poegrafismo se apropia de las calles de la ciudad de méxico y hoy vallejo es el motivo. De la colección de poemas titulada Poemas Humanos, publicada postumamente en 1939 Hoy me gusta la vida mucho menos...
Hoy me gusta la vida mucho menos,
Pero siempre me gusta vivir: ya lo decía.
Casi toqué la parte de mi todo y me contuve
Con un tiro en la lengua detrás de mi palabra.
Hoy me palpo el mentón en retirada
y en estos momentáneos pantalones yo me digo:
¡Tanta vida y jamás!
¡Tantos años y siempre mis semanas!...
Mis padres enterrados con su piedra
Y su triste estirón que no ha acabado;
de cuerpo entero hermanos, mis hermanos,
Y, en fin, mi ser parado y en chaleco.
Me gusta la vida enormemente
pero, desde luego,
con mi muerte querida y mi café
y viendo los castaños frondosos de París
y diciendo:
Es un ojo éste, aquél; una frente ésta, aquélla... y
[repitiendo:
¡Tanta vida y jamás me falla la tonada!
¡Tantos años y siempre, siempre, siempre!
Dije chaleco, dije
Todo, parte, ansia, dije casi, por no llorar.
Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda
[al lado
y está bien y está mal haber mirado
De abajo para arriba mi organismo.
Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga,
porque, como iba diciendo y lo repito,
¡Tanta vida y jamás! ¡Y tantos años,
Y siempre, mucho siempre, siempre siempre!
[Poemas humanos, París, 1939]