jueves, 24 de julio de 2008

el sueño del pongo


El sueño del Pongo (Santiago Álvarez).




Dentro de la poco conocida obra del maestro cubano del documental Santiago Álvarez, se encuentra una poco menos conocida (aserto tautológico- hiperbólico pues es la historia de todo el cine latinoamericano) joya del cine-ensayo documental : El sueño del Pongo, relato homónimo del cuento del escritor peruano José María Arguedas, cuya adaptación para el film estuvo a cargo del poeta Roberto Fernández Retamar.

Y es la adaptación de éste la que con voz de niño narrador intradiegético articula la serie de imágenes fijas documentales de Iván Nápoles ordenadas por el demiurgo Álvarez para contarnos el sueño del pongo, indio peruano que lleva simbólicamente la suerte de los campesinos, de los indios, de los explotados en nuestro continente. El punto de vista imperante es el del ser humano infravalorado, sobajado, tratado como animal que en una suerte de revelación sorprende al antagonista que de humillador termina humillado. El sueño del pongo propiamente es una suerte de venganza idílica de este personaje contra el explotador, el pequeño relato inmerso en la narración en off y en estilo directo tiene una estructura dialéctica que en su síntesis contiene la esencia del relato.

el sueño del pongo de josé maría arguedas.

angelus novus

Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se representa a un ángel que parece como si estuviese a punto de alejarse de algo que le tiene pasmado. Sus ojos están desmesuradamente abiertos, la boca abierta y extendidas las alas. Y este deberá ser el aspecto del ángel de la historia. Ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde a nosotros se nos manifiesta una cadena de datos, él ve una catástrofe única que amontona incansablemente ruina sobre ruina, arrojándolas a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero desde el paraíso sopla un huracán que se ha enredado en sus alas y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras que los montones de ruinas crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso.

Walter Benjamin