jueves, 9 de agosto de 2007

Prinzesinnenbad



Un título en apariencia anodino, "La piscina de las princesas" (Prinzesinnenbad), se convierte en un estudio generacional de perspicacia indiscutible. La realizadora Bettina Blümner describe en tono documental la educación afectiva y la iniciación sexual de un grupo de mujeres adolescentes, desde el punto de vista de las mismas protagonistas y sin sobrecargar el relato con ningún tipo de didactismo moral. El registro del lenguaje juvenil es notable, y tan espontáneo como la manera en que los adolescentes expresan su sexualidad o su deseo a través de conquistas poco convencionales (el ligue interracial es detonador aquí de situaciones humorísticas de gran desenfado). La frecuentación entusiasta de extranjeros (turcos en su mayoría) tiene como complemento y contraste el ánimo confundido de los padres que intentan ser liberales y comprensivos hasta verse rebasados por el anticonformismo de las "princesas" adolescentes, quienes transitan con facilidad de la apatía al escepticismo radical. En una escena, una joven describe su anhelo de ser dominada por un turco, simplemente como una forma de escapar a la rutina de su entorno familiar. Ella confía poder dominar después al extranjero burlando su machismo, un machismo en ultima instancia más atractivo que la grisura políticamente correcta de la gente que la rodea. Los relatos que integran esta cinta no pretenden ir más allá de la crónica puntual de experiencias juveniles en un medio urbano. Lo importante, sin embargo, es el rescate honesto del punto de vista femenino adolescente. Esto confiere a la cinta sus mejores acentos de originalidad y de frescura.

No hay comentarios:

angelus novus

Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se representa a un ángel que parece como si estuviese a punto de alejarse de algo que le tiene pasmado. Sus ojos están desmesuradamente abiertos, la boca abierta y extendidas las alas. Y este deberá ser el aspecto del ángel de la historia. Ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde a nosotros se nos manifiesta una cadena de datos, él ve una catástrofe única que amontona incansablemente ruina sobre ruina, arrojándolas a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero desde el paraíso sopla un huracán que se ha enredado en sus alas y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras que los montones de ruinas crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso.

Walter Benjamin